MESS

Siempre he vivido en la myerda. Una myerda agradable, he de decir, pero desorden a morir a fin de cuentas. Lo único que háme prevenido de un desorden mayor es que, de cuando en cuando, me agarran ataques de histeria que me inducen a limpiar y a ordenar; otra limitante permanente es la escasez (relativa) de mis posesiones; es decir, si poseyera más cosas, tendría más basura que tener regada por todos lados... (no es lo mismo tener 10 pantalones repartidos sobre la superficie de tu cuarto que 100).

...En verano del 2005, mi cochinero veíase así:

En realidad, mi desorden nunca me ha preocupado mucho. Ser desordenado no es lo mismo que ser sucio. La suciedad es asquerosa; fomenta la generación espontánea de cucarachas, ladillas y bacterias; por otro lado, el desorden podría ser evidencia de que tienes una vida atareada y que hay cosas más importantes que ocupan tu tiempo y tu mente que estar tallando la casa... (no que tal sea mi caso!).
Eso, justamente, decíale a Anita, mi amiga canadiense, cuando apenábase de lo cluttered que estaba su depa. Estaba TAN preocupada y avergonzada con su desorden que, de hecho, jamás permitióme conocer su cuarto!

En fin, así veíase el mío, en invierno del 2005:

Y en el verano del 2006, cuando estaba de visita con mi amigo Stanley, veíase así el cuarto en el que quedábame (y eso que estaba tratando de mantener un alto grado de orden):

Y mi depa en Houston, (el cuarto y la sala), ahora vénse así la mayor parte del tiempo:

Ah, cuánta falta de vocación por ordenar las cosas irrelevantes. Quizá algún día vuélvame más organizado.
Mi desktop, empero, padece del mismo grado de desorden, o incluso peor. Cada varios meses, en el colmo del hartazgo, arrastro todos los iconos del desktop y los echo a una carpeta llamada "Desktop-N" (donde N es el número de veces que he hecho eso), con el fin de despejarlo y con las mejores intenciones de ordenar esa carpeta "después". Esos "después" jamás han llegado y ya voy en la carpeta Desktop 8.