Friday, April 13, 2007

De las arpías y las reliquias de antaño...

El otro día, husmeando en mi carpeta virtual personal (es decir, a través del explorador de windows de mi computadora, navegando en la carpeta "Gerardo" que no contiene ni mp3ses, ni juegos, ni videos, y sólo una muy pequeña fracción del total de fotos que tengo en mi PC...y que, pese a ello, consta de 3,583 archivos distribuidos en 148 subcarpetas) me encontré esta cosa:

En realidad, esa imagen es sólo un "print screen" modificado de un documento en Word que la contenía. "¿Qué coños es?!" one might wonder... es la prueba infalible de la asquerosa escasez de recursos informáticos y la nauseabunda actitud carroñera de mis siblings, tiempo ha, cuando era yo aún un mozuelo impúber, aún lozano y feliz, cuya inocencia aún... de cuya inocencia mejor debemos evitar hablar...
Ejem; el punto:
En el comienzo, en aquellos días en que las computadoras decentes (windows 95 and on...) eran una excelsa y no-exuberante excentricidad excepcional y extremadamente exótica (desde 1989 o algo así tuvimos una muy viejita con Windows 3 punto-no-sé-qué, pero a nadie le interesó jamás), mis hermanos y yo nos peleábamos como hienas que se devoran entre sí, no, como buitres que se devoran entre sí en su afán de adjudicarse la carroña más apestosa de las hienas que, previamente, se devoraron entre sí; así disputábamos el privilegio de pasar siquiera un segundo frente a la primera computadora decente que tuvimos. (Lo bueno que ahora hay 2 desktops y 3 laptops en casa...).
¿Alguien sabe lo PATÉTICO que ES --y lo patético que se SIENTE-- tener MIEDO de levantarte a tomar agua, o a ir al baño, o a contestar el teléfono, o siquiera levantarte para estirar las piernas, porque sabes que si te despegas de la máquina por 1 picosegundo, para cuando regreses ya habrá aposentando alguien más sus sentaderas en la silla?
Figúrense que mis hermanas, y sólo ellas puesto que mi hermano nunca fue TAN nefasto, llegaban a plantar su trasero con toda su voluntad que, a decir verdad, nunca fue muy grande y, también, con todo su peso, el cual nunca fue muy pequeño, lo que, naturalmente, hacía inenarrablemente desagradable la tarea de remover por medio de la violencia física sus no precisamente ligeras carnes de allí, sobre MI silla, cuando YO estaba usando la computadora y me armaba de valor para tomarme un break fisiológicamente NECESARIO, sin importar que dicho descanso durase, a lo más, unas cuantas fracciones de nanosegundo. (Qué belleza de oración múltiple y maravillosamente subordinada).
*SIGH* (Estoy contando hasta 10... el sólo recuerdo del pasado frustrante podría causarme, quizá, un infarto o dos, dependiendo de mi humor, y ahorita no se me antoja tener ni uno, ni dos, ni más infartos. Tal vez de postre [estoy engullendo simples y sencillos huevos con jamón de pechuga de pavo y nada más; me dio pereza picar cebolla o alguna otra verdura, no hay pan, no hay tortillas, y no quise añadirle queso porque prefiero atascarme de quesadillas con salsa verde en unos momentos, ahorita que vaya a comprar tortillas...]).
Siguiendo con la historia... cuando acaloradamente, en el colmo de mi impaciencia y desesperación, inquiría por qué coños procedían tan impropia y desconsideradamente, respondían las malhechoras: "No sabía, estimado hermano, que estabas utilizando el ordenador..." o sandeces que transmitían ideas comparablemente estúpidas y las cuales rebuznaban con tanto así o más de hipocresía. Incluso a veces, poseídas por su adicción, ni siquiera se dignaban a contestar; se dedicaban exclusivamente a mirar hacia la pantalla fijamente, a la par que babeaban y sus manos se movían a la velocidad del rayo, en un intento de logonearse en cuanto programa virtual se les ocurriese. Pero ¡por todos y cada uno de los dioses! estaba mi ICQ abierto, mi nick en el MIRC y en salas que sólo yo frecuentaba, mi primitivísima y ya desaparecida primera cuenta de hotmail abierta, el SpacePinball (o como se llame; aquél en el que fui suprema e insuperablemente genial) en pause, mi música en el Winamp y en las bocinas y, por consecuencia, en todo el cuarto, y el Word o algún otro programa con documentos míos en función; además, aquellas arpías (presuntamente mis hermanas) habían pasado al lado de mí n-mil veces en minutos previos a la usurpación y me habían visto usando la computadora. ¿Quién, entonces, siendo decente, honesto, y en su sano juicio, podría creerles cuando mentían tan descarada y vulgarmente o, siquiera, darles el beneficio de la duda, pensando que tal vez enfermaron de neurosis, amnesia, retraso, demencia y Alzheimer, o todo a la vez?
Jamás les creí y nunca fui tan compasivo como para darles el beneficio de la duda (quizá sólo las primeras veces); pero, por claridad y completez, y en aras de vencer en la batalla y de salvar a nuestro hogar decadente de padecer una degeneración aún más escandalosa, creé aquél documento, aquella reliquia cuya imagen se muestra arriba, y en la cual maestramente reemplazaba, cada vez que era pertinente, el "lo que sea" del "***Únicamente fui a lo que sea***" o la "X" de "Tengo que hacer X", por frases adecuadas a la ocasión, para no dar lugar a ambigüedades ni a los "No sabía..." de aquellas. (Qué detestable que pixelee tanto el Paint las imágenes tomadas con un Print Screen).
Por ejemplo: "***Únicamente fui a cortar cabezas y deshojas margaritas***" y "Tengo que hacer un ensayo sobre la correlación entre la decapitación de cabezas y el deshojar indiscriminado de margaritas en flor".

La intención de este post es, obviamente, ninguna otra que conservar aquí la reliquia fortuitamente encontrada en mi PC y deshacerme de ella allá.