Monday, June 18, 2007

ATM --y de las aventuras del joven ferulés y el acusable tercer molar

Automated Teller Machine?
Nah.
Articulación Temporo-Mandibular.

Padezco de "Trastorno de la Articulación Temporo-Mandibular" debido (en mi caso) al "desplazamiento anterior del disco articular".
Tengo mucha pereza de explicar o de parafrasear el asunto así que mejor me tomo la libertad de citar textualmente de por ahí:

"Las articulaciones temporomandibulares (ATM) conectan la mandíbula inferior al cráneo. Existen dos articulaciones de unión, una a cada lado de la cabeza, localizadas justo al frente de las orejas. La abreviación "ATM" se refiere literalmente a la articulación, aunque suele usarse para referirse a cualquier trastorno o síntoma que se presente en esta región. Tales problemas abarcan: sonidos de chasquidos en la mandíbula, incapacidad para abrir completamente la boca, dolor en la mandíbula, dolores de cabeza, dolores de oído, dolores en los dientes y otros diversos tipos de dolor facial."

Lo único que presento de todo ello es:
1) Chasquidos en la mandíbula (desde no sé ni cuando; AÑOS).
2) Dolores de cabeza (MUY recientemente, así que puede que ni sea por esto; o igual y como ya sé que eso causa dolores de cabeza, mi cuerpo está compensando por todos los años en que no me dieron, debiendo haberme dado...).

Por otro lado, qué es "abrir completamente la boca"? Qué tanto es "completamente"? Si no padeciese de este problema podría abrirla más y engullir tortas de más de 3 pisos sin problema alguno, o satisfacer, en teoría, a N negros muy poderosos a la vez?
Alguien tiene respuesta a tales preguntas FUNDAMENTALES de la vida?!

Dejando las angustias existenciales de lado... esta situación es G E N I A L . Simple y sencillamente maravillosa.
Además de los costos no precisamente bajos (pero tampoco escandalosamente altos) que implicará remediar el problema, puesto que el tratamiento no lo cubre el ISSSTESON (institución de seguridad social pública que me provee de servicios médicos) y a medio proceso me largaré a vivir a Estados Unidos donde todo lo médico y en especial lo dental es escandalosamente caro, deberé traer un aparato asqueroso en la boca por 9 semanas, 24 horas al día!
QUÉ MOLESTO.
Me lo podré quitar, claro está, para comer y lavarme los dientes; pero no más!
Cuando comentábale al doctor que voy al gimnasio y que muchas veces nado, me interrumpió justo cuando llegué al punto de preguntarle si era imperativo que utilizase la férula (creo que así les llaman a los aparatos esos pese a que en http://www.rae.es/ no venga ninguna acepción que sustente mi hipótesis) incluso en medios subacuáticos.
Me interrumpió, repito, y me aclaró tan tajantemente que "ni aunque nades, ni aunque corras, ni aunque brinques y ruedes, ni aunque seas clavadista, o tengas el síndrome-de-roedor, ni aunque seas vampiro (supongo que succionar sangre no entra dentro de su definición ortodoxa de "comer"), y ni siquiera en el caso de que fueras sexo-servidor con postgrados y especialidades bucolabiales y guturales de la Universidad Amorosa en la calurosa ciudad de Fornicia, podrías quitarte el aparato".
De hecho, el mentado Doc tiene toda la facha de histérico-neurótico. No sólo por la interrupción tan poco amable y tan desconsiderada, ni por sus aclaraciones tan categóricas, sino porque independientemente de ello no me dejaba hablar. Cuando empezaba a formular alguna pregunta, el tipo optaba por hablar más fuerte él, como diciendo "Cállate y déjame terminar de ilustrarte". Además, me tocó ser testigo de una gran impaciencia por parte suya para con su secretaria pobre (las secretarias están muy mal pagadas) e inocente (ésto es, obvia y evidentemente, un sarcasmo; las secretarias gozan de ciertas "prestaciones" que requieren, precisamente, de falta de inocencia...).

En fin... SUPONGO que también podré quitarme el aparato, sin transgredir las leyes cósmicas ni las norkoreanas (tan férreas, supongo sin bases, como supongo TANTAS cosas) y sin remordimientos de conciencia, en otras situaciones en las que TENGA que hacerlo.
Por ejemplo, quizá algún buen ciudadano me amenace de muerte diciendo:

"Oh estimado, respetable e ilustre (no es para menos; no todo el mundo tiene trastorno de la articulación temporo-mandibular) conciudadano de la férula protuberante, hágame usted el favor de removerse su artefacto dental, ya que la exhibición de éste incita y fomenta deseos y pensamientos impuros en mi esposa inocente y quasi-virginal, o de lo contrario será menester considerar muy seriamente el truncar su vida (la suya, de usted, ilustre ferulés), tan seriamente que, en definitiva, puede decirse que, de seguro, sería, en efecto, truncada".

O tal vez un grupo de fanáticos crea fervientemente que quitándome el aparato por unas cuantas horas retrasaré el Armageddon y, por lo mismo, quizá utilicen métodos de persuasión con porcentajes de persuasividad y efectividad del doscientos por cierto --imposible no quitármelo en tal caso!

O quizá, y sólo quizá, TENGA que quitármelo para descansar un rato y no enloquecer más... o para rascarme el recoveco más insignificante entre la encía y mi tercer molar inferior izquierdo, donde "inferior" hace referencia no a la posición de dicha pieza dental, sino a su deficiente funcionalidad en comparación con mi otro tercer molar izquierdo, y donde la posición tan equívocamente determinada de la palabra "inferior", y la desnudez de la misma, tan desprovista de comas, guiones o paréntesis adyacentes, fue determinada por el azar de mis caprichos.

O...

F I N.

Epílogo: Lo que hace la pereza.
La ÚNCIA razón por la que tienen final los relatos es la PEREZA del creador. Algunos dirán que no, que a veces la causa es el retraso, o la falta de inspiración. MENTIRA. Es pereza de las neuronas lo que da apariencia de retraso, y la pereza de las hadas forniciosas de la inspiración lo que resulta en falta de la misma.