Thursday, December 18, 2008

El choque más irónico de la historia humana

Este año llegué a Hermosillo a las 5am del 17 de diciembre (Celis).
Mi hermana (Mónica) y yo decidimos viajar en mi carro porque salía más barato que venir en avión, especialmente porque vendríamos 3 personas, dado que mi hermano estaba de visita en Houston donde presentó el TOEFL y el GRE -exámenes en los que le fue bastante bien- con miras a solicitar admisión en alguna maestría o algún doctorado en el 2009 o 2010 [encima de todo, la gasolina está ASQUEROSAMENTE barata en USA: $1.6 por galón, en promedio].
Un cerdo imbécil, irónicamente manejando una ambulancia, chocónos por detroit en Las Cruces, New Mexico.
Lo peor de todo es que el choque fue consecuencia de hacer lo correcto en absolutamente TODOS los sentidos: Nos quedaba la cantidad exacta de gasolina para llegar al pueblo intermedio entre Las Cruces y Tucson y por lo mismo sugerí que debíamos llenar el tanque (conducía mi hermana). Esa (y mi deseo incontrolabre por un blizzard de pay de queso con fresas) fue la razón de que entráramos al pueblo maldito. Cuando ya íbamos de salida, mi hermano, como todo buen copiloto, le advirtió a mi hermana de un trailer que aproximábase cuando ella estaba a punto de dar vuelta a la derecha en la calle X para subirse a la carretera Y. Como consecuenthia de la advertencia innecesaria (porque el trailer terminó dando vuelta para otro lado en vez de seguir derecho, hacia nosotros), la conductora bajó la velocidad, y !@#$%^&*() la ambulancia porcina arremetiónos. Fue un golpe leve, pero nomás por si acaso yo fui a dar al hospital, donde mi inyectaron en la nalga por primera vez en... miles de años; también me sacaron radiografías, me dieron un collarín y recetas para medicinas fortísimas para el dolor. 
A la salida, la recepcionista de urgencias (o cualesquiera que haya sido su puesto) me dijo que era el mejor paciente que habían tenido en todo el día, porque esperé miles y miles de años para cada cosa que me hicieron (pasé por un paramédico en la ambulancia, una enfermera inicial cuando llegué, la recepcionista, una doctora, una radióloga, una segunda enfermera, la doctora otra vez, la segunda enfermera otra vez, la receptionista una segunda vez, y para finalizar otra persona con algún puesto adminsitrativo cuestionable). El halago debióse a que jamás mostréme impaciente y, por el contrario, fui amable con todo el mundo -tan encantador yo. La gente llega ahí HISTÉRICA, y con una actitud bastante exigente. Yo detestaba el tiempo que estaba perdiendo, pero me preocupaba más mi columna, así que cuando me enteré de que estaba presuntamente intacta, lo vi como una buena noticia, y el tiempo perdido pasó al n-ésimo plano de relevanthia.
Me parece una GRAN IMBECILIDAD, por cierto, que no puedas 'canjear' una receta médica del estado Pánfilo en el estado Torcuato.
Fuera del accidente, el shopping en San Antonio y Tucson, las vueltas de oquis por retraso, y los n-mil venados REVENTADOS, DESCUARTIZADOS, EMBARRADOS, DESHECHOS que vimos en la carretera, no hubo nada muy intersante (no es que desease que hubiéselo).

1 comment:

Anonymous said...

eii holaa ke ondaaaaaaa, ja buena anecdota em y no paso nada tsss, no me sabiaaa eso ke te pasoo eee, ke mal informadio, bueno yo tmpoko tenia muxo ke no pasaba x akiiii,,,, espero sigas bien y deperdida e ke estas vivo ke me llego un correo tuyo por cierto muy entretenido en donde los espñaoles son iguale s o pero ke los italianos tss nadie vio esto ke escribi ajaja..jaja muy entretenido ee, pero pienzo lo españoles estan como los italianos, eii se te extraña muxoo, espero estes bienn, bueno deperdida se ke vives ajja apenas ke alguien haya usado tu corrreoo, adios xaval, se te kiere,trinillo