Friday, January 19, 2007

La profanación de mis nalgas

Momento, ese título suena muy, muy, pero muy... (*sigh*).
(Y ese suspiro, mal interpretado, suena peor...!; en fin...).

Hace unos meses en un arranque de histeria causado por una mezcla extraña de ingredientes cuya composición exacta y cuyos orígenes ya no recuerdo (pero de seguro había mucho de estrés por ahí, y más que sólo pizcas de no dormir, y ciertamente algo de frustración) me puse a limpiar cierta área del patio de la casa que siempre ha estado sumida en la myerda. Básicamente es un hoyo en la pared que da al pasillo lateral que separa mi casa de la del vecino (tal nicho es simplemente el área que queda debajo de las escaleras que, por adentro, permiten subir al segundo piso). Era del conocimiento de todos que tal cavidad infernal era un nido de viudas negras; pero la histeria me proveyó de temeridad y me valió. Qué grata sorpresa descubrir, después de unos minutos, que tenía una roncha roja en el pie derecho!
"Y si me picó una coña viuda negra?!"
Supuestamente el veneno de tales alimañas es mortal, y tienes algo así como 2 horas para que te den el antídoto y te salves. La casa estaba desierta tanto de personas como de vehículos en qué correr al hospital. Peor aún, mi hermana (la mayor) habíame contado no hacía mucho que a una compañera de ella le picó una viuda negra y que el proceso de muerte era asintomático, hasta que se volvía irremediable (es decir, según la amiga de mi hermana, la agonía te pegaba repentinamente y de golpe).
No me preocupé demasiado, porque nunca creí a ciencia cierta tales fábulas. Cuando llegó mi madre y le dije quitado de la pena, como si nada hubiese acontecido, que "algo" me picó estando en la madriguera de las viudas negras, ella preocupóse todo lo que yo no me preocupé (más lo que ella se habría preocupado por sí misma) y me dijo que debíamos ir a que me inyectaran un antiarácnido lo antes posible, nomás "por si acaso".
Fuimos a la clínica del Noroeste, a urgencias, donde nos atendieron en unos cuantos picosegundos. El médico dijo que probablemente no era nada, y que eran mentiras sucias y bajas que la picada de una viuda negra es asintomática; de haberme picado una, no habría soportado el dolor en el pie después de unas decenas de minuto, tendría probablemente un morete expansivo, o alguna cosa similar. Empero, "por si acaso" era alérgico a la alimaña de naturaleza inescrutable que me picó, dijo que debía inyectarme un antistamínico (así se escribe? Wareber...), y una enfermera, muy presta y bajo el yugo del médico ("el yugo"... dios, mi mente...), me obligó a bajarme los pantalones, recostarme boca abajo, y profanó mis glúteos. Hacía siglos que no me inyectaban en el trasero! Tanto así que no tengo recuerdo alguno de que hubiese sucedido jamás... (pero mi madre afirma que sí; de pequeño, algunas veces fui inyectado).
Toda una experiencia.

4 comments:

Charly said...

me late que lo disfrutaste.

A mi prima le pico una 'viudanegra' e inmediatamente sintio un dolor horroroso. Su pierna entera se le entumio y le dio un ataque como si fuera de alergia.

Asi que, en efecto, son patranias lo que te conto tu hermana.

AlejandrO said...

...(¬.¬)... Galaz no seas excibicionista y si ala otra quieres enseñarle tu trasero a alguein, ps ya hay mejores formas de hacerlo y menos dolorosas (auchhhh), bueno hehe pura cura

Anonymous said...

Antihistamínico

Dios Dios said...

Alguna vez previo a mi operación tuve que ir a una farmacia a comprar una madre para que el doctor me la inyectara en el trasero. Pues sí, felizmente entré a la farmacia donde me atendió un sujeto de lo más cordial. Le pedí esa madre y cuando me estaba cobrando me pregunta "Es para ti?", a lo que, sin pensar realmente contesté que sí. Luego me pregunta "No quieres que te la ponga?". Obviamente mi mente pensó cosas terribles, pero a final de cuentas me valió madre. Igual si le gustan las nalgas masculinas, muy su pedo, en nada me afecta que vea las mías y, en cambio, me estaba haciendo un gran servicio (jaja), puesto que me ahorraba el tedioso camino de vuelta al doctor. Pasé a la "bodega" (diga no a esa persona y cuénteselo a quien más confianza le tenga), me bajé los pantalones (sólo la altura necesaria... tampoco soy un exhibicionista), me puso la inyección y listo. Quizá se salió a fumarse un cigarrito después, no sé.


En fin, todo esto venía a decir que "inyectar en el trasero" es taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan, DIOS, TAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN sucio...


nyfpq